¿Cómo te sientes? Interocepción- la nueva ciencia de la emoción

Artículo original de Andy Arnold

Traducción de Carmine Chavez-Martinez

Sentirse vivo

¿Qué sucede cuando alguien te pregunta: “¿Cómo te sientes?”? Además, quizás, de proveer la respuesta automática de “bien, ¿y tú?”, ¿cuál es el proceso que usas para asesorar verdaderamente como te sientes en ese momento? Parece involucrar la interocepción —el sentido de la condición fisiológica del cuerpo—. La interocepción media muchas diferentes sensaciones: dolor, temperatura, comezón, hambre, para nombrar solo unas cuantas. Y al representar varias sensaciones en el cerebro, nos provee una base biológica para esos sentimientos los cuales llamamos emociones [1].

La red neuronal interoceptiva (de Craig, 2003)

La ciencia de la interocepción tiene una historia interesante. Al menos desde que William James (1884) propuso su influyente teoría de la emoción, afirmando con perspicacia que “la emoción es nuestro sentimiento de los cambios [corporales] a medida que ocurren”, los científicos han contemplado y producido experimentos para probar el rol de la información corporal en la emoción. Sin embargo, las revoluciones psicológicas del conductismo y cognitivismo del siglo XX vieron cómo el estudio de la interocepción se fue ocultando (aunque provisionalmente). Los investigadores se concentraron más en el comportamiento observable y en los mecanismos cognitivos y conscientes. El crédito, entonces, le pertenece al neuroanatomista Bud Craig por la reintroducción de la interocepción a la ciencia afectiva. A través de hábiles estudios neurológicos en otros mamíferos y primates, Craig demostró que la red interoceptiva—desde las neuronas de la médula espinal que detectan el estado de todos los tejidos corporales y envían señales rostralmente hasta el tronco cerebral y el tálamo que convergen en la corteza insular—se conserva en todas las especies mamíferas, y que esta red está particularmente desarrollada e ínter-conectada en los seres humanos. La suya es una historia triunfante de neurociencia básica, o de “bajo nivel”, que inspira preguntas psicológicas profundas que son verdaderamente interdisciplinarias e intrínsecamente humanas: ¿cuáles son nuestros sentimientos?¿Por qué éstos son importantes y cómo podemos usarlos mejor?

INTEROCEPCIÓN PARA EL SENTIDO DE IDENTIDAD

La investigación contemporánea sobre la interocepción comienza a alcanzar no sólo a psicólogos enfocados en las emociones, sino también a profesionales médicos, psicólogos clínicos y terapeutas de mente y cuerpo. ¿A qué se debe esto? Quizás es porque la relación entre la interocepción y la salud involucra un enfoque importante en el bienestar: en lo que significa estar fisiológicamente y psicológicamente saludable. El propósito biológico de la interocepción es la vigilancia y regulación de sistemas psicológicos para funciones óptimas. Entonces, es probable que un mejor entendimiento de las funciones de la interocepción pueda informar nuevas terapias de mente y cuerpo para muchas condiciones, como por ejemplo, desórdenes (neuro)psicológicos que reflejan una interocepción descontrolada, como el autismo.

La interocepción—esa capacidad humana evolucionada y elaborada de sentir y reconocer nuestros sentimientos—puede en realidad presentar un antídoto a malestares subjetivos y sociales. La humanidad, con su crecimiento exponencial de voces, ideas y comparación social impulsada por las redes sociales, se enfrenta a desafíos sin precedentes para los recursos naturales disponibles y la atención social—retos cuales pueden agotar constantemente los recursos percibidos para el refugio intra- e ínter-personal—.

Por ejemplo, la afluencia del yoga, la meditación y “el apagarse” de la cacofonía colectiva tiene raíces dentro de tradiciones contemplativas del oriente (y ahora, estas prácticas también tienen respaldo científico). Recientemente se demostró que las prácticas de “meditación de atención plena” basadas en las tradiciones budistas mejoran la interocepción, además de proveer estímulos constructivos para la salud emocional [2]. ¿Por qué la meditación podría ayudar a las personas a través de la interocepción? Esto puede que comience con una base biológica del yo.

Pero primero, revisemos cómo se mide la interocepción. El método más común evalúa la precisión interoceptiva: ¿qué tan bien puede uno sentir lo que sucede en su cuerpo? Esto generalmente implica conectar a alguien a un monitor de frecuencia cardíaca y pedirles que simplemente se sienten y sintonicen la atención para contar sus latidos, a través de múltiples intervalos de tiempo no especificados, sin sentir su pulso. Los recuentos reportados se comparan con los recuentos medidos y se calcula una puntuación objetiva. Los puntajes tienden a variar ampliamente entre las personas, lo que proporciona un potencial estadístico para vincularlo con los resultados. Esta es la operacionalización más común de la interocepción y, por lo tanto, lo que refleja una “mejor interocepción”, según este artículo.

Brevemente, hay 2 otras formas prominentes de medir la interocepción. La sensibilidad interoceptiva se refiere a respuestas de autoevaluación que evalúan diferentes reflexiones cualitativas sobre cómo la percepción (potencial) de las sensaciones puede ser consciente, entendida e informar la toma de decisiones. Por otro lado, la conciencia interoceptiva representa qué tan bien alguien conoce conscientemente su propio nivel de sintonización interoceptiva, es decir, la conciencia metacognitiva de la precisión interoceptiva. Esto generalmente se calcula por la correspondencia entre los puntajes de precisión interoceptiva y la confianza calificada (por ejemplo, en una escala del 1 al 10) durante cada prueba, cuando se hacen conjeturas de conteo de latidos.

La ilusión de la mano de goma

Parece que la interocepción influye no solo en las cosas blandas que llamamos sentimientos, sino también en nuestro sentido de identidad. Por ejemplo, los investigadores han descubierto que las personas con mejor sentido de interocepción pueden tener una mayor individualidad, como lo demuestra la resistencia a la ilusión de la mano de goma. Este truco de salón, llevado al laboratorio, consiste en cubrir la mano real de alguien con una cortina y colocar una mano de goma falsa al lado. Al hacer que el participante mire la mano de goma, y acariciando suavemente tanto la mano real como la falsa al mismo tiempo, las personas a menudo describen una “reversión”psicológica al sentir que la mano de goma es suya.

Pero la interocepción, con su propósito biológico de detectar y mapear nuestros propios parámetros espaciales fisiológicos, hace que la ilusión sea menos probable para aquellos que están más interoceptivamente en contacto consigo mismos[3].

INTEROCEPCIÓN Y EMOCIÓN PARA SÍ MISMO Y OTROS

Todos los organismos requieren aparatos para detectar el entorno externo, y las reacciones emocionales básicas equivalen simplemente a acercarse o evitar, incluso en organismos unicelulares. La interocepción es entonces la actualización momento-a-momento de nuestro cerebro sobre el estado de nuestro cuerpo, incluyendo su reacción al ambiente percibido. En los humanos, nuestra evaluación consciente e idiosincrásica de las sensaciones corporales construye lo que llamamos emociones, y la interocepción alimenta este fuego, te guste o no. Las personas con mejor interocepción, por ejemplo, informan sentir emociones más intensamente, junto con una mayor agudeza para identificar sus propios sentimientos. La alexitimia —la incapacidad relativa para definir sensaciones y emociones— se predice por una peor interocepción, y es un sello distintivo común de muchas condiciones sociopsicológicas aberrantes, incluido el autismo [4]. Una vez que se entienden las emociones, la interocepción también puede facilitar una mayor capacidad para regularlas, ya sea mediante reevaluación cognitiva o supresión [5].

Todo esto plantea la pregunta intrigante: ¿el mejor entendimiento de mis emociones me ayuda a comprender las tuyas de mejor manera? Cómo la interocepción puede dar forma al procesamiento social es, hasta ahora, un tema poco estudiado, pero en crecimiento. Tenemos algunas pistas del impacto de la interocepción en la empatía—la capacidad de sentir, comprender y (tal vez) compartir las emociones de los demás—.

Por ejemplo, la interocepción que fortalece el sentido del ‘yo’, también puede facilitar la facultad psicológica de la distinción entre uno mismo y los demás[6]; este es un componente crítico para que no me arrastre tu tristeza si estoy empatizando contigo, de modo que pueda mantener mejor mi cabeza y ayudarte. Sin embargo, no todos los estudios nos informan que la interocepción facilita la empatía, lo que sugiere una relación compleja y posibles factores moderadores. La investigación futura sobre interocepción debe continuar demostrando su importancia para el bienestar personal y colectivo, e informar las intervenciones para mejorar la salud en todos nosotros.

Entonces, la próxima vez que alguien te pregunte: “¿Cómo te sientes?”, primero puedes consultar con tu cuerpo. Y además de decirles lo que ese burrito del almuerzo le está haciendo a tu estómago, puedes descubrir algo más perspicaz y útil.

Referencias

  1. (Bud) Craig, A. (2003). Interoception: The sense of the physiological condition of the body. Current Opinion in Neurobiology, 13(4), 500–505. 
  2. Singer, T., & Engert, V. (2019). It matters what you practice: Differential training effects on subjective experience, behavior, brain and body in the ReSource Project. Current Opinion in Psychology, 28, 151–158. 
  3. Tsakiris, M. (2017). The multisensory basis of the self: From body to identity to others. Quarterly Journal of Experimental Psychology, 70(4), 597–609. 
  4. Brewer R, Cook R, & Bird G. (2016) Alexithymia: a general deficit of interoception. R. Soc. open sci. 3: 150664. 
  5. Kever, A., Pollatos, O., Vermeulen, N., & Grynberg, D. (2015). Interoceptive sensitivity facilitates both antecedent- and response-focused emotion regulation strategies. Personality and Individual Differences, 87, 20–23. 
  6. Palmer, C. E., & Tsakiris, M. (2018). Going at the heart of social cognition: Is there a role for interoception in self-other distinction? Current Opinion in Psychology, 24, 21–26.