
¡El Poder de la Neurociencia te Obliga!
Artículo y traducción de Elena Blanco-Suárez.
El pasado febrero el Vaticano anunció un cursillo de entrenamiento para exorcistas. En un principio creí que era una forma fantástica de celebrar el 45º aniversario del estreno de la maravillosa película de terror El Exorcista, pero resultó que esta iniciativa era en respuesta a un alarmante incremento en el número de posesiones demoniacas alrededor del mundo. O al menos eso dice la Iglesia Católica.
Los exorcismos son rituales que llevan haciéndose desde tiempos de la Biblia para expulsar espíritus malignos de personas o lugares. La primera guía para llevar a cabo exorcismos en la Iglesia Católica se publicó en 1614, con el pegadizo título De exorcismis et supplicationibus quibusdam, que traducido es algo así como De Exorcismos y otras Súplicas. Religiones como el judaísmo y el islam, entre otras, también practican exorcismos, y aun los llevan a cabo hoy en día.

Famosa escena de la película de terror El Exorcista.
Estoy segura de que en 1614 la Iglesia Católica era mucho más popular que la neurociencia, y es posible que la única y mejor explicación para comportamientos erráticos, alteraciones de la personalidad, pérdida de memoria, convulsiones, y desmayos era la posesión por parte de algún espíritu maligno ancestral y no un trastorno neurológico.
Hoy en día, a pesar de que el Vaticano sigue creyendo en las posesiones demoniacas – y que han visto un crecimiento exponencial en casos alrededor del mundo – la ciencia es capaz de explicar estos sucesos supuestamente paranormales. Es muy probable que todos esos casos sean trabajo para neurocientíficos y médicos en lugar de exorcistas.
TRASTORNOS NEUROLÓGICOS, NO DEMONIOS
En 2012 se publicó Brain on Fire, una obra autobiográfica en la que Susannah Cahalan explica su infernal experiencia (lee nuestro post anterior escrito por Elena Vicario). Recientemente Netflix ha estrenado la película de mismo título que se hizo en 2016 basada en el libro (*SPOILER ALERT* si no has visto o leído Brain on Fire y no quieres que te lo destripe, salta al siguiente párrafo). Susannah sufría de una enfermedad autoinmune rara llamada encefalitis por anticuerpos contra receptores NMDA que tradicionalmente ha sido considerada como posesión demoniaca. Nadie creyó que Susannah estuviese poseída por el demonio, pero al leer su descripción o ver alguna de las escenas de la película, es fácil imaginarla como una candidata ideal para un exorcismo. Los síntomas de esta enfermedad autoinmune evolucionan rápido y van desde algo tan aparentemente inocuo como síntomas de gripe a problemas de mayor magnitud tales como convulsiones, pérdida de la memoria, trastorno del comportamiento, y movimientos anormales. Mayoritariamente mujeres de entre 18 y 45 años son las que reciben este diagnóstico, y a menudo tumores ováricos, en concreto teratomas [1], son la causa de la reacción autoinmune. Sin embargo, no todos los pacientes tuvieron la misma suerte que Susannah, y muchos acabaron en hospitales psiquiátricos, o considerados víctimas de una posesión demoniaca.
Los rituales de exorcismo, lejos de arreglar el trastorno neurológico, empeoraron los síntomas a largo plazo debido a la colisión entre religión y ciencia, evitando en muchas ocasiones que el paciente reciba el diagnóstico y tratamientos que necesita.
DE TIEMPOS DE LA BIBLIA AL SIGLO XX
Existen muchos casos descritos en las páginas de la Biblia que vienen presentados como posesiones demoniacas pero es muy posible que fueran pacientes con diferentes trastornos neurológicos, desde esquizofrenia a depresión. En Marcos 5:1-20 del Nuevo Testamento se describe a un hombre de espíritu impuro que salió de las tumbas a recibir [a Jesús] y gritaba y se infligía cortes con piedras. Si ese hombre sufría de depresión y/o esquizofrenia, abandonarle a la intemperie, como así se describe, no le iba a hacer ningún bien a su salud mental. Los pacientes con enfermedades neurológicas durante tiempos de la Biblia no eran tomados en cuenta, y mucho menos recibían los cuidados que necesitaban.
Otro ejemplo es el que se describe en el libro de La Vida de San Francisco en el que se nos cuenta la historia de San Francisco de Asís [2]. En este libro se presentan al menos tres exorcismos, y al menos en uno se ofrecen detalles de los síntomas que sufría el presunto poseído.

Extracto del libro de La Vida de San Francisco donde se describen los supuestos exorcismos.
Desmayos, espuma por la boca, y convulsiones son síntomas característicos de un episodio epiléptico, concretamente una crisis convulsiva clonicotónica. En el libro dicen que el pan que el santo le dio al hombre fue suficiente para calmar su ataque, y en los otros dos casos, las mujeres afectadas fueron “curadas” gracias a los rezos de San Francisco. Lo más probable es que coincidió que el ataque epiléptico había terminado.
A excepción del status epilepticus, que constituye ataques que duran más de 5 minutos o ataques consecutivos sin tiempo de recuperación entre ellos, todo episodio epiléptico para de manera natural. Esto se habría interpretado por aquel entonces como el espíritu maligno abandonando el cuerpo del poseído, si es que el exorcismo se había hecho a tiempo.
Un caso más reciente y mejor documentado es el de una mujer de 28 años que sufría de esquizofrenia paranoide [3]. Fue diagnosticada y tratada con escaso éxito, así que acabó por recurrir a los exorcismos para intentar aliviar sus síntomas. Estaba interesada en todo lo esotérico, y los rituales de exorcismo solo hicieron que alimentar esta obsesión, disminuyendo su interés en buscar tratamiento médico apropiado.
Los exorcismos pueden llegar a convertirse en abuso emocional, psicológico y, ocasionalmente, físico. Tajima-Pozo y sus colaboradores hacen hincapié en la importancia de facilitar conversaciones entre los clérigos, neurólogos y psiquiatras por el bien del paciente. Incluso a día de hoy, para aquellos pacientes devotos, la opinión de un sacerdote puede ser más convincente y mejor considerada que los hechos y la evidencia científica.
Otro ejemplo de esto fue el caso real en el cual la película El Exorcismo de Emily Rose está vagamente basada. Anneliese Michel era una devota de 23 años que sufría de epilepsia y depresión severa, pero estaba convencida de estar poseída. Los sacerdotes y sus propios padres tuvieron una influencia muy fuerte en sus decisiones, y evitaron que buscase la ayuda médica necesaria. Tras más de 60 sesiones de exorcismo, la dejaron morir de hambre pues era su creencia que eso haría escapar a los demonios.
Pacientes con síndrome de Tourette también han sido el objetivo de supuestas posesiones. Los síntomas de alguien con Tourette incluyen movimientos involuntarios, espasmos musculares, repetición incontrolable de palabras e insultos, y falta de autocontrol, entre otros. La combinación ideal para los aficionados a los exorcismos.
CIENCIA VS RELIGIÓN

El arcángel San Miguel venciendo a Lucifer, de Francesco Maffei.
Ciencia y religión han sido consideradas polos opuestos durante siglos. Una pensaría que las creencias del paciente no deberían interferir en alcanzar un diagnóstico correcto. Sin embargo, alimentar las obsesiones (o creencias) de un paciente con trastornos neurológicos puede llevarle más lejos de la realidad, con resultados nefastos. Alentar a alguien a que se someta a un exorcismo puede hacerles creer que no necesitan tratamiento médico, y lleguen a rechazarlo. En De exorcismis et supplicationibus quibusdam, se advierte a los sacerdotes que distingan entre posesión y trastorno neurológico (o melancolía, término que se refería a enfermedades neurológicas en el siglo XVII). El único problema es que los exorcistas no están entrenados para reconocer enfermedades mentales, pero sí posesiones por demonios.
Son las posesiones demoniacas reales? La estadística nos dice que es mucho más probable que sea un caso de trastorno mental y no Lucifer intentando robar un alma.
*En caso de que te lo estuvieras preguntando, el cursillo para exorcistas del Vaticano fue del 16 al 21 de abril de 2018. Lo siento, te lo perdiste.
Referencias
- Kayser MS, Dalmau J. Anti-NMDA Receptor Encephalitis in Psychiatry. Current psychiatry reviews. 2011;7(3):189-193. doi:10.2174/157340011797183184.
- “The Little Flowers” & the Life of St. Francis with the “Mirror of Perfection.” edited by Thomas Okey.
- Tajima-Pozo K, Zambrano-Enriquez D, de Anta L, et al. Practicing exorcism in schizophrenia. BMJ Case Reports. 2011;2011:bcr1020092350. doi:10.1136/bcr.10.2009.2350.
You must be logged in to post a comment.